domingo, 13 de abril de 2008

Lost: 3 razones para amar la cuarta temporada

Si sus niveles de fanatismo por Lost crecieron en la cuarta temporada, y no recuerdan al rockero Charlie con mucha nostalgia, coincidirán conmigo en que:

1. Si bien los flashbacks son un recurso narrativo atrapante, no tiene sentido seguir conociendo el pasado de los personajes si esto no contribuye a que se resuelvan los misterios o se generen algunos nuevos. Al co-creador/ productor ejecutivo/ escritor principal Damon Lindelof todavía le recuerdan la somnífera historia de los tatuajes de Jack (Matthew Fox).

 

Fue una buena jugada de su parte, entonces, poner los flashfowards en lugar de recuerdos innecesarios como aquél. Hasta ahora las imágenes del futuro aparecieron en su justa medida y nos dieron los momentos más shockeantes de la temporada. El mejor ejemplo es el cierre del cuarto episodio, "Eggtown", cuando nos enteramos de quién es en realidad el bebé de Kate (Evangeline Lily). ¿Quién no abrió la boca?

YO ME IMAGINE QUE ERA HIJO DE ELLA CON SAWYER!!!! SE PASAN COMO JUEGAN CON LOS NERVIOS DE UNO

2. Los flashfowards no develaron los misterios centrales, sino que los abordaron desde otra perspectiva. Surgieron más datos de las cualidades geofísicas del territorio de la Iniciativa Dharma y de quiénes pretenden adueñárselo. Pero... ¿Qué es la isla? ¿Por qué los pasajeros del Oceanic 815 llegaron ahí? ¿Cómo se fueron los "Oceanic 6"? ¿Qué pasó con los que quedaron? ¿Por qué Jack quiere volver? Todavía nadie puede decirlo con exactitud, y seguimos suponiendo. Además, la aparición de estos vistazos de lo que vendrá no significó la muerte de los flashbacks: en el Capítulo 6, "That Other Woman", volvieron para contar la historia de Juliette (Elizabeth Mitchell), su affaire con el infiltrado Goodwin y su relación con el maquiavélico Ben (Michael Emerson). También en su justa medida.

3. Los falsos rescatistas que acompañaban a Naomi, y que confesaron "rescatarlos no es nuestra principal misión", le dan a la temporada la cuota de nuevos "otros" que necesita. Hasta ahora los náufragos cuentan con el apoyo del científico amigable Daniel Faraday y del conductor del helicóptero Frank Lapidus. No así con el de la antropóloga Charlotte Lewis, que desmayó a Kate de un culetazo en la cabeza por una buena causa, y el del médium Miles Straume, quién se suma a la colección de archienemigos de Locke (Terry O Quinn). Estas cuatro incorporaciones tomaron un camino entretenido para disparar algunas respuestas que merecemos.

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